Druidas salvajes en el VII Dia del Paganisme / Conferencia de Marta Vey

Fenian y fiandraoi. Naturaleza salvaje en la religiosidad druídica irlandesa.

Marta Vey, Archidruidesa de HDDA

En las brumas del tiempo acabamos en la corte de Fionn Mac Cumhaill, mítico y poderoso rey de los guerreros Fenian. En una estancia calentada por el fuego que calentaba las paredes de roca, flotan las palabras de bardos que nos cuentan que Derg Corra era el sirviente de Fionn Mac Cumhaill. A pesar de su posición el joven era bello. Y una amante de Fionn lo deseaba con ansias. Sin embargo Derg Corra no podía corresponder a dicha mujer y acabó rechazándola, comportamiento que la enfureció muchísimo. Fruto de la rabia, la muchacha le contó al líder Fenian que Derg había intentado violarla. Su palabra contra la de ella y una solución trágica: siendo un simple sirviente sólo le quedó el destierro.

Años después, mientras cazaba en el bosque, Fionn se encontró con “un hombre sentado en la copa de un árbol, con un mirlo en su hombro derecho y un brillante recipiente de bronce en su mano izquierda, en el cual había una trucha saltando; y un ciervo estaba al pie del árbol”.

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Fig.1: Marta Vey durante su presentación en el VII Congreso del Paganisme (Casal del Pere Quart, Sabadell)

Fionn al parecer no reconoció al hombre al instante ya que se había escondido en una Féth Fiadha (pron. Fay Fee-ah), que es una ‘capa de ocultación’, una antigua magia druídica. Pero si que pudo ver que el ciervo compartía manzanas con él, el mirlo compartía nueces con él y la trucha compartía agua del recipiente de bronce con él.  Se alimentaba de la propia naturaleza. Entonces Fionn se llevó el pulgar a la boca, el mismo que en su momento fue tocado por el mítico salmón ardiendo del conocimiento, para así acceder a su propia habilidad mágica para la segunda visión, y proclamó lo siguiente: «¡Es Dearg Corra, hijo del descendiente de Daighre, quien está en el árbol!».

Así fue reconocido Derg Corra.

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Fig.2: Ilustración de Derg Corra por Alan Lee

Y así lo recordamos hoy para hablar de los antiguos caminos hoyados por druidas salvajes, la Senda del Fianndraoi. Un camino poco conocido en el druidismo actual y no apto a la vista de todos. Se trata de un camino solitario de autoconocimiento y de comunión con la naturaleza en su estado más puro. Es una senda mística de encuentro con uno/a mismo/a en el bosque, y con los monstruos y dones que nos habitan.

Presentamos así la Senda del Fianndraoi, una vía iniciática que estamos reconstruyendo en la Hermandad Druida Dun Ailline como una nueva vía sacerdotal. El fianndraoi o druida salvaje está a mitad camino entre la figura del sacerdote druida y la figura del fennid. Los druidas eran los encargados de gestionar la espiritualidad de su clan y eran partícipes de todas las decisiones importantes, así como de cuestiones educativas. Vivían en sociedad. En nuestra hermanadad los druidas y druidesas se encuentran dentro de la Escuela del Roble.

Los fenid o guerreros, constituidos en fiannas o cofradías guerreras, debían de ser capaces de sostener sus propios ritos religiosos, ser curanderos, bardos, cazadores y tener todos los aspectos necesarios para vivir en comunión con la naturaleza, donde pasaban la mitad de sus vidas. Entre Beltane y Samhain estaban en el bosque y las montañas, pero entre Samhain y Beltane ofrecían sus servicios en las aldeas a cambio de un techo. Eran una especie de chamanes guerreros que lo mismo libraban sus batallas en este mundo como en el otro. En nuestra hermandad los guerreros y guerreras están dentro de la cofradía de An Connla Fian.

Derg Corra es una divinidad fuertemente sincretizada con el dios salvaje Cernunnos, pero a su vez vinculada a la Fianna, por ello en nuestra tradición se convierte en el patrón de todos aquellos druidas o druidesas que optan por este camino solitario. Entender su historia mitológica y los símbolos que acompañan a este dios nos permiten acercarnos en parte a sus misterios. Las más profundas enseñanzas, obviamente, sólo quedarán relegadas a quien sepa ver. Como Fionn.

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Fig. 3: Ilustración del Astado como regente del fuego

De este modo vinculamos a Dearg Corra con un Dios del fuego, dando la palabra Dearg (que significa “Rojo”) como un nombre común para divinidades de la antigua irlanda, conectándolo con su antepasado Daighre (pron. Dar-ah, que significa “llama”). Se vincula la deidad a una posible representación irlandesa del dios animal con cuernos a quien los celtas continentales se referían como Cernunnos, de etimología romana. La evidencia es circunstancial. Dearg Corra simboliza la provisión de sustento (su papel como sirviente, su conexión con la cocción de los alimentos), su papel como protector y sustentador de los animales salvajes, su habilidad para ocultarse de su ojo curioso (incluso Fionn con sus habilidades de vidente tenía un poco de trabajo en identificarlo),y el mejor ejemplo sobreviviente de la figura de Cernunnos en todo su esplendor (visto en las placas internas del Caldero Gundestrup) lo muestra rodeado de animales como el ciervo y el pez, entre otros; todo esto parece indicar que el verdadero papel de Dearg Corra es más de lo que inicialmente puede parecer. También podría conectarse el personaje (o al menos el nombre) de Dearg con aspectos del Dios de la muerte, Donn, y con el Dagda en el contexto de muertes y matanzas más violentas.

Aunque hay poca evidencia concreta de la conexión de la muerte, tiene sentido que un Dios de la vida también tenga un lado relacionado con la muerte, y que un protector de animales que también trabaja para o con una figura cazadora como Fionn, presida también la violencia y la muerte.

Desde una perspectiva moderna, se puede ver que Dearg Corra representa:

  • El fuego: a un nivel práctico sirve para cocinar y calentarse. A un nivel místico es el elemento purificar y transformador la conciencia del iniciado, la llama del conocimiento que brilla sobre las astas del Cornudo
  • La vida silvestre en el bosque, la silvicultura, el conocimiento de las plantas, la unión con todo lo viviente
  • La vida animal, la protección de los animales y su provisión de alimento, la relación que establecemos con ellos.
  • La capacidad de hacerse invisible. El ocultamiento, especialmente de aquellos que no tienen nada que ver.
  • El honor y el respeto por la vida en las conductas éticas de los cazadores de antaño.

El fianndraoi es el sacerdote druida iniciado que decide tomar su camino espiritual en solitario. Sigue perteneciendo al clan, pero elige la soledad del bosque, del camino interior, del autoconocimiento, del contacto con los seres de la naturaleza y las fuerzas salvajes. Es el camino del místico, y tal como su patrón Derg Corra, su objetivo es el contacto con la divinidad, la naturaleza y los ancestros de un modo profundo e intimo.

En la iconografía de Derg Corra encontramos la representación de los Tres Reinos de la religión céltico druídica a través de los tres animales que le acompañan. El salmón del conocimiento, a los pies del druida salvaje, es el mítico animal que habitaba en las aguas del pozo de Segais y que se relaciona con todo lo que sucedió, con el mundo de los ancestros, con el reino del pasado, el Reino del Mar. El ciervo, que come las manzanas del Otro Mundo, es el rey del bosque, que representa la potencia de todo lo que existe, de todo lo que sucede, del presente, del aquí y del ahora, del Reino de la Tierra. El mirlo se alimenta de las nueces sagradas para portar el conocimiento hacia el aire, hacia la Gran Llanura donde todo sucederá, más allá de las nubes y de las estrellas, hacia el Reino del Cielo.

Los tres animales son uno con Derg Corra, al igual que el chamán y el druida, aprenden las artes para transitar los mundos. Y no solo para visitarlos de manera puntual, sino también para habitar en todos ellos a la vez, en una consciencia omniabarcante que entiende que la realidad es multidimensional y tiene muchas facetas, al igual que un diamante.

A través del contacto y conocimiento de la naturaleza y sus leyes, el fiandraoi procura contactar con aquello que todo lo une y todo lo envuelve, un tejido invisible que conecta todo lo que existe, todo lo visible y lo invisible. Aunque el druida salvaje pueda rendir culto a divinidades o relacionarse con lo sidhe y ancestros del territorio, más allá y antes se encuentra esa vibración que todo lo sostiene, la llamada Òran Mor o Gran Canción. Òran Mór se compone en gaélico de òran, o en antiguo irlandés amrán, que viene a significar “canción” o “sonido” y mór, que viene a significar “gran”, “grande”, “genial”. Algo que podría ser descrito como “la gran canción” o “el gran sonido” y que, con ciertas licencias, podríamos hablar de “sonido primigenio”. No nos queda claro cuál es el origen del término y cuándo se empieza a utilizar, aunque lo podemos encontrar en varias narraciones neodruídicas como ese rugido que subyace en todo; como si cada emanación fenoménica de la existencia emitiera un sonido silencioso que demuestra una conexión entre todas las partes de un todo, como si de una melodía orquestada se tratase. Debemos tener en cuenta la importancia que la música y la poesía tiene en las tradiciones celtas como transmisoras de verdades primordiales. De ahí las artes bárdicas. Una gran similitud con la noción hinduista y shivaista de la vibración originaria, como un aliento cósmico origen de toda la creación. En algunas prácticas yóguicas el propio mantra Om es visto como dicha vibración primigenia; y pronunciarlo una y otra vez serviría como un recordatorio para sumir al practicante, una y otra vez, en un estado primigenio y descondicionado de la mente.

Aprendiendo a interactuar con Òran Mor, con esos hilos que unen toda vida, el fiandraoi permite que la sagrada Imbás, el fuego de la inspiración poética y mágica se manifieste. Aunque la máxima aspiración del druida ermitaño es la unión total con Òran Mor, con toda la existencia. O más bien el reconocimiento de que entre la Gran Canción y él, no existe diferencia.

Mediante su gran conexión procura desarrollar dotes de videncia, oráculos y augurios, ejercitándose en prácticas similares a las del Fáidh o vate. Aprende a leer el ogham, pero también el cielo, el agua, los vientos o el comportamiento animal para obtener respuestas a sus propias dudas. Técnicas como las Tres Iluminaciones también le son conocidas y le propician una conexión directa con el territorio. Desarrolla su mediumnidad para comunicarse directamente tanto con el Pueblo Pálido como con los ancestros o muertos convertidos en aliados, conociendo así a los habitantes del Otro Lado, sean estos desencarnados, espíritus feéricos o potencias naturales.

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Fig. 4: El hongo amanita muscaria, ilustración de Alexander Viazmensky

El druida salvaje desarrolla un estado de gnosis directa con el Otro Lado que a los ojos de la gente corriente puede parecer locura. Un ser que vive solo en el bosque y habla con los daimones que habitan en los árboles, que escucha los susurros del viento y que se ungüenta el cuerpo con plantas de poder para entrar en estados alterados de conciencia. Al igual que el marginado druida Divis, personaje de la serie Britannia, el fianndraoi puede acabar siendo considerado un loco por su particular manera de vivir la espiritualidad, al margen de lo social. La locura aquí se convierte en una poderosa herramienta que nos conduce a un estado pre-humano, animal o más allá de lo humano, más cerca de los dioses.

También hereda las prácticas del Fáthlia, teniendo grandes conocimientos energéticos para la sanación. Conoce gemología, para qué sirven las rocas, pero también cuáles son las plantas, hongos y venenos de su entorno con los que puede aprender artes sanadoras, entrar en éxtasis y viajar entre los mundos. Lo que para unos es una mala hierba o un simple veneno (como una amanita muscaria, una flor de datura o una mata de beleño), para el druida salvaje puede convertirse en una puerta que da acceso a territorios poco transitados.

De la vía del Fennid también hereda la capacidad para camuflarse en su medio e incluso para sobrevivir con poco, encontrando agua y alimento en lugares recónditos. Viajar entre mundos para obtener conocimiento, poder para sanar a la tierra, alguna habilidad artesana, las destrezas del guerrero o del cazador.

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Fig. 5: Druida Divis, personaje de la serie «Britannia» (Jez Butterworth, 2018)

El fianndraoi o la fiannbandrui procura aprender el lenguaje natural de su territorio a través de la gnosis directa. Esta puede aparecer a través de herramientas como la ascesis, donde somete al cuerpo a límites que reconduczcan la percepción, tales como el ayuno continuado, el agotamiento o el sometimiento a resistencia física. El silencio también puede convertirse en una poderosa herramienta que libera al druida de los condicionamients sociales y de interralación que implica el lenguaje. El retiro en lugares de poder como cuevas, árboles o montañas también puede ser una poderosa herramienta. Y al igual que otros colegas druidas más sociabilizados también aprende el arte de Las Tres Iluminaciones. El uso de tambores, percusiones, cantos, encantamientos o bailes repetitivos le ayuda a entrar en estados alterados de conciencia, la iluminación conocida como Dichetul dichennaib o “iluminación por canto”. El uso de herramientas rituales como cuchillos o varas para “romper las nueces de la sabiduría”, conocido como Teinim Laida. O también la famosa Imbas Forosnai, “una iluminación repentina por la propia experiencia” a través de la privación de sentidos (sobretodo de la visión o de la vista) en cuevas o túmulos sagrados, donde el practicante ayuna o come ritualmente ciertas carnes. Cuando sale al exterior de su retiro el impacto de la luz llega como un chorro de fuego, de Imbás, que le trae la visión. Todo ellas son llaves chamánicas para el trance, el viaje, la mediumnidad, la videncia, la magia o la segunda visión. Herramientas que no suelen ser las más demandadas para el practicante de hoy. Son duras, requieren tiempo, mucho sacrificio y conllevan cierta enajenación.

Aprende a ver como se solapan los mundos delante de él, como todo se interconecta y como un pequeño gesto implica un gran impacto en otros mundos y otros tiempos.

Pero todo tiene un precio, y para el Fianndraoi es la soledad. Derg Corra siendo un sirviente fue falsamente acusado y le quedó el exilio forzoso como castigo. Y sin embargo consiguió una unión mística con el medio que pocos conocieron. De ahí extraemos la necesaria actitud de servicio y de mortificación del propio ego como pautas necesarias para convertirse en un buen fianndraoi.

Aunque no requiera específicamente del aislamiento físico de la sociedad, es un camino espiritual solitario y complejo, mas relacionado con un chamán que vive en una cueva que con el sacerdote que se debe a su clan o a su tribu. Aunque el Fianndraoi también mantenga contacto con los miembros de su clan, como consejero o haciendo algunos trabajos que los miembros puedan solicitarle. Con esta nueva Senda que incluimos en el sacerdocio (aunque ya existiera en secreto, nunca se ofreció hasta ahora), contemplamos una cara de los druidas menos conocida, más salvaje y con una esencia mucho más solitaria de la que estamos habituados. En nuestra Hermandad la Senda del FiannDraoi estará limitada a los estudiantes que lo soliciten habiendo superado la Escuela del Abedul de tres años y que se hayan iniciado como druidas en la Escuela del Roble (unos 7 años de estudio previos en total). Estudiantes que la Ard Bandrui considere idóneos/as para comenzar su andadura, por su especial carácter, dureza y compromiso. Él elige estar al margen del mundo social, aunque puede relacionarse puntualmente con él. El fianndraoi es a quien la gente del clan también podrá acudir en busca de visión, sanación u oráculos.

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SYLVESTER McCOY as the Wizard Radagast the Brown in the fantasy adventure “THE HOBBIT: AN UNEXPECTED JOURNEY,” a production of New Line Cinema and Metro-Goldwyn-Mayer Pictures (MGM), released by Warner Bros. Pictures and MGM.

Fig. 6: Radagast el Pardo en la trilogía de «El Hobbit» (Peter Jackson, 2012-2014)

El Mago Pardo Radagast es un personaje de ficción ideado por Tolkien que podríamos identificar fácilmente con un fianndraoi. Un extraño pero poderoso ser que prefiere la compañía de los animales salvajes y la vida ermitaña que la compañía humana. Al igual que Derg Corra quizás encontró uno de los pocos lugares donde aún reside la inocencia, donde la vida todavía es prístina, reluciente y tiene verdadero sentido.

 

Transcripción de la conferencia realizada el 21 de septiembre de 2019 por Marta Vey para el VII Dia del Paganism (Sabadell)

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